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Grupo Beta: La "cara amable" del INM que traiciona al migrante

"Ya no confiamos en los Beta, nos han traicionado"

Video Resumen (Entrega 3)

"El Grupo Beta nos ha traicionado".

En Tabasco, en Oaxaca, en Chiapas, en Tlaxcala y hasta en Puebla. En todos estos estados, y en diferentes entrevistas realizadas en el mes de enero, migrantes centroamericanos repiten esta frase cuando se les pregunta por las labores del Grupo Beta, un órgano del Instituto Nacional de Migración (INM) que opera a través de 22 unidades en nueve entidades de la República, y cuya tarea exclusiva es brindar a los indocumentados agua, comida, primeros auxilios, así como información sobre sus derechos humanos. Es, presuntamente, la cara amable del INM.

Óscar es uno de los migrantes que denuncia que esta unidad -creada en 1990- como un programa piloto en Baja California para asistir a los indocumentados que buscan cruzar el desierto que los separa de Estados Unidos- hace las veces de "espía de Migración". Mientras espera la llegada del tren en el albergue La Sagrada Familia en Apizaco, Tlaxcala, el hondureño narra que las dos veces que se encontró en el camino con las camionetas naranjas de "los betas", éstos sí cumplieron con las labores de "protección al migrante" que promete el eslogan de la unidad.

Sin embargo, masculla entre dientes, pronto se percató que detrás de esa labor humanitaria se ocultaba otra intención.

"La primera vez que me los encontré llevaba tres días caminando por el monte, antes de llegar a Ixtepec (estado de Oaxaca). Tuve que arrimarme a ellos porque no había comido ni bebido nada en todo el día. Me dieron una lata de atún y estuvieron un rato conmigo y con otros migrantes. Sin embargo –esboza en este punto de la narración una sonrisa torcida, maliciosa-, al ratito de que se fueron los betas, ni cinco minutos después, ya estaba montado un poco más adelante el operativo de Migración que nos estaba esperando".

Algo parecido dice que le sucedió la segunda vez. Aunque en esta ocasión viajaba a Medias Aguas, estado de Veracruz, escondido en un recoveco de uno de los vagones de La Bestia.

"Cuando el tren va en marcha, ellos van con las camionetas de color naranja por la orilla de la vía –explica el indocumentado, que apunta con la barbilla a la carretera estrecha que corre paralela a las vías que pasan frente al albergue- pero lo que hacen es checar cuántos migrantes vamos y en qué góndola (vagón) estamos escondidos, y llaman por teléfono a Migración. Y así –encoge los hombros- cuando llegamos ya nos están esperando, porque saben en qué góndola buscarnos".

"Por eso yo nomás miro al Grupo Beta y salgo corriendo a esconderme, aunque me esté muriendo de hambre –comenta con el ceño fruncido-. Porque, ¿para qué me voy a acercar a ellos? ¿Para que me entreguen a Migración? –pregunta a la vez que niega con la cabeza-. Antes no era así, pero ahora ya no se puede confiar en ellos. El Grupo Beta nos ha traicionado".

"¿Protección para el migrante? Más bien es decepción para el migrante"

"El Grupo Beta te ayuda a hidratarte, eso es cierto. Pero, en realidad, (sus agentes) no son una protección para nosotros", matiza desde el albergue de Arriaga, Chiapas, otro migrante hondureño que, como los otros dos compañeros con los que viaja hacia la frontera de Estados Unidos, pide guardar su nombre en el anonimato.

"Te dan una galleta y una botella de agua, y te dicen que estés tranquilo, que respires un rato y que descanses. Pero es mentira. Ya a la vuelta vienen los agentes de Migración de camino porque les hablaron por teléfono", tercia otro centroamericano que viste una playera apócrifa del Club América. Y, rotundo, sentencia: "Ellos tienen un eslogan que dice 'Protección al Migrante'. Pero eso también es mentira. Más bien es una decepción para el migrante".

El hondureño Orlin Pineda se encuentra en el albergue que el Padre Solalinde tiene en Ixtepec, Oaxaca. Dice sentirse acosado desde que cruzó la frontera de Guatemala con México, tanto por los delincuentes que lo obligaron a desnudarse cuando caminaba por el monte para robarle el dinero, como por los "mañosos" de las combis que le cobraron 200 pesos por un trayecto que al resto de mexicanos le cuesta 20, como también por las autoridades que lo corretean y lo obligan a pasar por todo lo anterior.

Y ahora, además, lamenta que ya tampoco puedan acercarse a pedir ayuda al Grupo Beta.

"Uno se acerca a ellos pensando, 'ah bueno, son los betas; ellos nos ayudan'. Pero lo que están haciendo es comprarnos con una latita de atún y una botella de agua, y con eso echarle un pitazo a los de Migración".

En Tenosique, Tabasco, el hondureño Francisco Soriano explica que cuando un grupo de migrantes sale a las vías del tren que están próximas al refugio que dirige Fray Tomás González, es habitual que los elementos del Grupo Beta aparezcan con sus polos de color naranja para ofrecerles comida y unos trípticos informativos antes de la partida en La Bestia.

"Se acercan y te dan comida, pero al mismo tiempo están tomando nota de cuántas personas van a subir al tren y están avisando por el radio a Migración de cuántos vamos, en dónde estamos, y para dónde vamos. Y ahí es cuando de repente –el centroamericano chasquea los dedos- aparecen las redadas y te tienes que escapar para donde sea. Por eso ya no podemos tampoco confiar en ellos, porque son los espías de Migración".

"Beta ha pasado a ser el aparato de inteligencia del INM"

En agosto de 2014, un mes después de que el presidente Enrique Peña Nieto presentó el Programa Frontera Sur para "proteger" los derechos de los migrantes, el refugio La 72 de Tenosique fue de los primeros en denunciar públicamente que los indocumentados son objeto de una "cacería" en la que el INM, además de policías y soldados, utiliza al Grupo Beta para obtener información que facilite la captura de migrantes en las redadas que llevan a cabo.

Una de esas redadas en las que el refugio denuncia la participación del Grupo Beta tuvo lugar el 13 de agosto de 2014.

Ese día, el tren paró en la estación de Tenosique cargado con más de 300 migrantes aferrados a los hierros. Agentes del INM acompañados por policías federales ya los estaban esperando en un punto estratégico, para empezar a capturarlos al grito de "bájense de ahí, hijos de la verga".

Lo que sucedió acto seguido fue "una fuerte persecución" en mitad de un aguacero, en la que, tal y como denuncia el coordinador de 'La 72', Fray Tomás González, el Grupo Beta estuvo presente con varias camionetas "y no para ayudar al migrante, precisamente".

"El Grupo Beta se ha convertido en el aparato de inteligencia del INM, y así lo hemos constatado en La 72 y lo hemos denunciado ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y en varios comunicados públicos", dice el activista y religioso.

González denuncia que tras la puesta en marcha del Programa Frontera Sur La 72 ha sido objeto de una campaña de hostigamiento por parte del INM y de la Policía Federal, dependencias que hacen patrullajes constantes por los alrededores de las instalaciones del albergue "para cazar migrantes", lo que provoca que éstos tengan miedo de salir del refugio a hacer una llamada telefónica a una cabina.

Como parte de esa campaña de hostigamiento hacia La 72, el refugio denuncia que el INM también hace uso del Grupo Beta para saber cuántos indocumentados hay dentro del inmueble y cuáles son sus movimientos.

"Grupo Beta no debe depender del INM"

El albergue Hermanos en el Camino, en Oaxaca, también señala malas prácticas de la unidad de ayuda humanitaria del INM.

Alberto Donis, responsable del refugio, dice que "abiertamente señalo a los Betas de estar coordinados con Migración, porque ellos son los que están entregando a los migrantes". Asegura además que es testigo de cómo elementos que pertenecían al Grupo Beta ahora llevan el uniforme del INM.

"Me he topado aquí en Ixtepec con dos agentes que antes llevaban el polo naranja de Beta, y ahora van con el uniforme blanco y beige del INM. Es decir, dos betas que han venido al albergue, que han estado aquí con los migrantes, ahora están con el INM cazándolos. Entonces –plantea el activista con una risa ácida aflorando en los labios-, no sabemos si es que unos días se ponen el uniforme de Beta, y otros se lo cambian por el del INM".

Donis hace hincapié en lo que para él es una contradicción: el Grupo Beta está para brindar ayuda humanitaria, pero depende directamente del INM, instancia que está cazando a los migrantes.

Señala que tal contradicción perjudica tanto a los migrantes como a la credibilidad del propio Grupo Beta y de los elementos que sí cumplen con su trabajo y con los objetivos de esta unidad, tal y como están expuestos en el artículo 188 de la Ley de Migración vigente.

"Por ejemplo, en Ixtepec está la oficina del Grupo Beta con su personal y su jefe. Pero el jefe no mueve un dedo si no se lo ordena el delegado del INM de Oaxaca. Y el delegado de Migración es el que ordena los operativos, el que los coordina en todo el estado, y el que, asimismo, se supone que ordena las acciones humanitarias para proteger a los migrantes. Entonces –junta ambas manos y muestra las palmas abiertas-, ¿cómo se puede explicar que quien ordena que cacen migrantes, también ordene las acciones humanitarias? Es algo totalmente contradictorio. Grupo Beta no debe depender del INM", afirma.

"Grupo Beta no hace aseguramientos, que quede claro": INM

A pregunta expresa para este reportaje sobre los señalamientos que los migrantes y albergues hacen del Grupo Beta, el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Ardelio Vargas, se apresuró a decir que este grupo es uno de los "más prestigiados" del INM. Detalló que sólo en 2014 ayudó a más de 174 mil migrantes en diferentes puntos de la República, incluyendo a migrantes mexicanos.

"Estos agentes se profesionalizan constantemente para hacer frente a cualquier situación que ponga en peligro la vida de quienes van hacia Estados Unidos", presumió el comisionado, durante la presentación el 3 de marzo del balance de labores del INM en 2014.

"Lo que me dices es muy delicado –acentuó Vargas ante la pregunta-. Porque Beta tiene un propósito fundamental, que es ser un grupo de asistencia a migrantes. Beta no participa en operativos ni puede detener migrantes. Por eso su uniforme es diferente y sus vehículos también. Si un migrante es atendido por ellos, lo curan, le dan medicamentos, y luego se retiran. Y si el migrante quiere continuar su ruta, continúa. Porque el Grupo Beta no hace aseguramientos. Eso que quede muy claro –subrayó de nuevo el comisionado-. Porque este es uno de los grupos más prestigiados, y no se puede pervertir".

Política migratoria de México, "un lobo con piel de oveja"

A pesar de las palabras del comisionado Vargas sobre la labor humanitaria del Grupo Beta, y sobre los operativos que el INM lleva a cabo para "rescatar" a miles de centroamericanos, activistas, académicos, así como las estadísticas oficiales que refieren un aumento notable en las detenciones -48% más en 2014- y en las agresiones a migrantes -166% más de secuestros-, coinciden en apuntar la misma conclusión: el discurso de las autoridades va por un camino muy distinto a lo que están viviendo los indocumentados en el terreno.

"La política migratoria de México es un lobo con piel de oveja, una política esquizofrénica", señala Irazu Gómez, investigadora de la Universidad Iberoamericana.

"Por un lado, el gobierno mexicano le dice a los migrantes que va a respetar sus derechos humanos, que los va a proteger, y que no los deja subir al tren por su seguridad. Y por el otro –contrapone la académica-, los persigue con hasta siete corporaciones policiacas para detenerlos, los corretea en las vías, caminos y montes, les manda a los Grupos Beta para que los espíen, y los deporta de manera masiva sin tener en cuenta si son aspirantes a la condición de refugiado".

"En lugar de ser una coordinación institucional que ayude al migrante a garantizar sus derechos a su paso por México, (el Programa Frontera Sur) es básicamente una estrategia para la detención de personas indocumentadas", añade Irazu Gómez, que resume la acción del gobierno mexicano con una frase tajante: "En realidad, estamos ante una cacería de migrantes".

“El Grupo Beta es el ‘aparato de inteligencia’ del INM”

Animal Político buscó la opinión de elementos del Grupo Beta tras los señalamientos realizados por los migrantes sobre el terreno. Sin embargo, éstos rechazaron hacer declaraciones sin el consentimiento expreso del Instituto Nacional de Migración.

Tras la negativa se solicitó entonces una entrevista con el comisionado del INM, Ardelio Vargas, sobre lo expuesto en este reportaje. El departamento de comunicación social de esta dependencia remitió a la declaración que el funcionario federal dio en rueda de prensa el 3 de marzo como la única postura oficial del INM al respecto.

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